Ante la pérdida de un diente es muy importante su reposición antes de los dos meses, porque después de ese tiempo los tejidos se empiezan a reducir su volumen.

Cuando pasa más tiempo se van produciendo movimientos dentales para compensar esa ausencia, que desencadenan en molestos espacios entre los dientes, pérdida en la funcionalidad masticatoria y problemas articulares.